
Ahora regresa con Born in the UK, una vuelta a las historias casi infantiles y las melodías luminosas y delicadas que han convertido a BDB en una especie de Springsteen sin pañuelo en la cabeza ni ánimo de rock'n'roll.
Un espacio musical para oídos inquietos
En 2005, presentó su disco más intimista y oscuro, L’origine. Biolay reconocía en una entrevista que este era un disco llevado por la decepción, por la ira. Quizás esta ira fuese demasiado para su seguidores porque el álbum supuso un fracaso en ventas. De hecho, el galo tan sólo dio un concierto no hubo giras y se encerró a componer su nuevo larga duración: Trash yeyé.
A diferencia de L’origine, su último disco, publicado a finales de 2007, habla de amor y es catalogado por el artista como un disco repleto de luz. Biolay relaciona la luminosidad del disco con el lugar en el que fue escrito el mítico Woodstock. En medio del campo, en una casa rural, rodeado de lo más granado de la música folk americana, compuso las canciones del disco.
Biolay, que ha compuesto para cantantes como Keren Ann, Françoise Hardy, Elodie Frege o su hermana Coralie Clement, siempre ha renegado del marchamo que le une a la nueva canción francesa. Él reconoce que no escucha música de su país -sólo hip-hop-. Sus referencias son norteamericanas y su mundo lírico poco tiene que ver con el de los austeros nombres de la nouvelle chanson. Biolay no es Dominique A, ni ganas que tiene, él preferiría ser Neil Young.