
Entre los once temas de guitarra -vieja escuela- se esconden varios éxitos 'a la primera' (Coast of Carolina y Great Lakes). En posteriores escuchas, además, se descubren pequeños joyas sin alharacas. Ningún tema alcanza los cuatro minutos, no hay transgresión ni extrañas estructuras. Como el sujeto verbo y predicado, repiten el verso estribillo verso estribillo. En este negocio no hace falta más.
La gran canción de Telekinesis es Tokio, un tema pegajoso que engancha a la primera y obliga escucharlo hasta la extenuanción. Puro disfrute guitarrero que sirve de cebo para adentrarse, sin darse cuenta, en está exaltación del sota, caballo y rey.
2 comentarios:
De esas canciones que alegra, eh.
Querido Nahum, no sólo de lánguidos vive el hombre.
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