Kings of convenience son una especie de Simon y Garfunkel noruegos. Son bucólicos, más que cantar, susurran y, ante todo, es un grupo que rezuma elegancia. Ah, y como buenos nórdicos tienen pintas de sosos. Su andadura musical como dúo comenzó en el año 2000, con la publicación de un disco homónimo. Este álbum fue reeditado bajo otro título, Quiet is the new loud, en el que se incluyeron nuevas canciones y desaparecieron otras. Cuatro años más tarde, en 2004, publicaron su segundo larga duración: Riot on an empty street, un ejercicio de minucioso pop. Desde entonces Erik y Erlend se han dedicado a sus proyectos en solitario. ¿La posibilidad de un nuevo disco juntos? Ellos no lo descartan. Cuando se les pregunta la respuesta es quizás.
El sonido de los nórdicos es sencillo. Combinan las guitarras acústicas, repletas de arpegios y ritmos pausados. Hay algún acompañamiento de piano, quizás alguna percusión -escasa, muy escasa- y algún viento. Siempre lo justo. King of convenience lucha contra el barroco. Eso sí, son amantes incondicionales de los juegos de voces. Con estos datos las influencias del grupo, Paul Simon y Art Garfunkel a parte, podrían ser: Nick Drake, Belle and Sebastián y la bossa nova brasileña, con la que salpican su música.
Los discos de los noruegos se han envasado dentro del llamado nuevo movimiento acústico. Las etiquetas, siempre equivocadas, les han hermanado con gente como Badly drawn boy, Starsailor, Turin Brakes y José González. Aunque dentro de la locura que acompaña a las modas y los estereotipos, el mayor despropósito es el de aquellos que incluyeron a los Kings of convenience junto a Coldplay, alejados cada vez más de cualquier similitud con lo acústico y cada día más próximos a los benefactores de todas las causas justas U2.
El sonido sobrio del dúo cuenta con letras a la par. Historias inocentes breves. No son letristas desgarrados, como Tom Waits o Nick Cave, simplemente recogen pequeñas escenas.
La canción I’d rather dance with you se convirtió en el momento más brillante del grupo. Para los seguidores del grupo otorgaron a esta canción la categoría de himno pop, con un vídeo que fue elegido mejor vídeo del año 2004 por la MTV, lo cuál tampoco quiere decir mucho, por que ya lo decía Beck en su primera grabación: MTV makes me want to smoke crack. Aunque incluso en la televisión musical por excelencia hay excepciones.
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3 comentarios:
Con Kings of convenience siempre me pasa lo mismo. Me gustan mucho las primeras canciones de sus discos pero siempre acaban aburriéndome, tanto que acabo poniendo otro CD. Me gustan más los Kozeleks, Covertinos, Buckleys,...
Umm, interesantes. Tranquilitos, en efecto, como Belle and Sebastian con un aire más carioca, sobre todo en la segunda que nos has puesto.
(La cara de uno de los dos, por cierto, es para peli de Ben Stiller).
Walter, tienes razón. Es un grupo de una sola escucha: te pones el disco una vez y cuando acaba buscas otro. Al tiempo recuperarás este disco, lo escucharás una vez y etc...
Como en la poesía, en la música hay autores menores. Son interesantes, están ahí, pero no son de cabecera.
Los Kozelek y compañía son maestros...
Nahum, sí tienen un toque Belle and Sebastian, aunque más acústicos y menos orquestados. Yo prefiero a Belle and Sebastian, de cualquier modo.
Abrazos
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