martes, 4 de diciembre de 2007

Llámenme Pi, a secas

Alguien podría escribir una tesis sobre la evolución de los nombres de grupos en cada década y corriente musical. Sería interesante. Hasta que esto ocurra habrá que conformarse con intuir que en los últimos años lo que se lleva son los nombre largos, larguísimos. En la música patria existen bandas como La Oreja de Van Gogh, El canto del loco, La quinta estación y El sueño de Morfeo. Nombres que esconden propuestas musicales escasas y cortas, al menos de talento. En el ámbito internacional, tampoco se quedan a la zaga -en lo prolongado de los apelativos-: I love you but I've choosen the darkness, Godspeed you! Black Emperor, She wants revenge, o I got you on a tape.

Estos daneses de rocambolesco apodo -'te tuve en una cinta'- facturan un rock sosegado y con ligeros toques oníricos. Su primer disco, de título homónimo, entra por los oídos con facilidad, aunque no es un disco de fácil escucha. El grupo ofrece estructuras pop, lo que provoca una digestión ligera, pero requiere más de una escucha, y más de tres, para darse cuenta de todo lo que esconde y acostumbrarse a una voz particular y marciana.

Y tan marciana, porque en ocasiones este grupo recuerda a un Bowie pausado, sin lentejuelas ni arañas de Marte, como en los años 70. Una voz grave y rugosa que en otros momentos invita a pensar en uno de los grandes de la música popular: Nick Cave, por supuesto, salvando la distancias entre estos noveles escandinavos y el crooner australiano. Ellos en su bestiario personal nombran a bandas como Blur, Pavement o Brian Eno. Quizás se olvidan de otro nombre, Interpol.

I got you on a tape suenan en ocasiones con ciertos toques americanos, aunque hay que reconocerles que la mayoría del tiempo suenan a ellos mismo. Guitarras entrecortadas, nunca estridentes aunque si afiladas, coros vocales siempre en muy segundo plano y toques de órgano.
Pero la historia siempre pesa. Parte de este quinteto llegado del frío se inició en el mundo del jazz, lo que tiene su eco en las canciones del primer álbum, especialmente en las cuidadas líneas de bajo.

Este grupo, aunque con un sonido más bien cristalino, se adentra en ocasiones en terrenos que parecen evocar pesadillas nocturnas de infancia, con repetitivos estribillos de guitarra que evocan el sonido de las cajas de música.

Quizás la clave de este grupo resida en su destreza para desmembrar las estructuras tradicionales del pop y sacar de los restos canciones de esas que suenan a muchos grupos, pero que no suenan a ninguno.

Doctor watching

2 comentarios:

AB dijo...

Hombre! El niño perdido y hallado en un blog!

Hacía eones que no te leía algo nuevo, todo bien? Da señales de vida, que siempre es bueno saber de los colegas...

Estos tipos suenan bien, pero el look gafas de pasta y barba me recuerdan a alguien!

Cuidate,


AB

Sincopado dijo...

Ja, ja, ja! Mi buen Boza, solo me falta ser un poco más arrubiado, pero no hay nada que no solucione un buen bote de agua oxigenada.

abrazo