Ahora regresa con Born in the UK, una vuelta a las historias casi infantiles y las melodías luminosas y delicadas que han convertido a BDB en una especie de Springsteen sin pañuelo en la cabeza ni ánimo de rock'n'roll.
domingo, 24 de febrero de 2008
El chico de la cebolla
Ahora regresa con Born in the UK, una vuelta a las historias casi infantiles y las melodías luminosas y delicadas que han convertido a BDB en una especie de Springsteen sin pañuelo en la cabeza ni ánimo de rock'n'roll.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Bajo el puente
La canción que dio título al disco se convirtió en un éxito y se mantuvo durante seis semanas en el primer puesto del Billboard. Tuvieron que llegar los Beatles con su Let it be para apartarlos de ese lugar. Una curiosidad: aquel también fue el último disco del cuatro fantásticos y, según los rumores, también tuvieron su disputas, bajo la atenta mirada de la mala malísima del pop: Yoko Ono -no pronuncie su nombre tres veces seguidas-.
Paul Simon compuso la canción para que la cantase Art Garfunkel, que era el rubio de irritante voz. Pero, parece ser que no le apetecía que la cantase el solo, prefería compartir la canción. Guerra de egos y disputa al canto.
La canción fue un éxito, y otros artistas quisieron hacer la propia. El listado de versiones de Bridge over troubled water es kilométrico: Jackson 5, Roy Orbison, Roberta Flack, Willie Nelson, Jonnhy Cash e, incluso, el ínclito Camilo Sexto, traducida para tan magna ocasión.
Entre tantos nombres destacan: Elvis, Aretha Franklin y Jonnhy Cash. Cuando Simon escuchó la versión del rey del rock, aseguró que aquel tema ya no podría ser suyo nunca más. A partir de aquel momento se había convertido en una canción del rey.
Y del rey a la reina, aunque en este caso del soul. Aretha Franklin, un año después de que se publicase la canción, se sentó al órgano para desmontar la melodía de Simon & Garfunkel. La musa convirtió la composición en un himno R & B al que dotó de la viveza y el brío de una de las voces más personales y con carácter de la historia de la música. Tanto fue así, que en 1971 logró meterla en el top de las canciones más escuchadas del año -además de superar la versión original-.
Aretha Franklin
Camilo Sesto
sábado, 2 de febrero de 2008
Je suis américain
Biolay publicó su primer disco en 1999, Rose Kenedy. Bajo un título tan anglófono había un disco repleto de buenas composiciones con un sonido americano. Un pop exquisito en el que el creador francés demuestra su soltura como compositor. Su disco más pop, repleto de samplers con la voz de Marilyn Monroe, sacados de la película Con faldas y a lo loco. Un poco melancólico y sombrío que suena a un otoño de hojas caducas. En las letras Biolay demuestra su querencia por las letras con cierto toque sureal y las imágenes extrañas.
A partir de este disco, Biolay presenta un catálogo un tanto irregular. Negatif, su segundo larga duración toma ciertos carices de rock, un rock suave, y se atreve con algunas aventuras sonoras en largas canciones. Un año después, en 2004, publica la banda sonora Clara et moi. Y ese mismo año saca su proyecto Home, un disco grabado con su mujer Chiara Mastroiani. Esta obra realmente no está a la altura del resto de las composiciones.
En 2005, presentó su disco más intimista y oscuro, L’origine. Biolay reconocía en una entrevista que este era un disco llevado por la decepción, por la ira. Quizás esta ira fuese demasiado para su seguidores porque el álbum supuso un fracaso en ventas. De hecho, el galo tan sólo dio un concierto no hubo giras y se encerró a componer su nuevo larga duración: Trash yeyé.
A diferencia de L’origine, su último disco, publicado a finales de 2007, habla de amor y es catalogado por el artista como un disco repleto de luz. Biolay relaciona la luminosidad del disco con el lugar en el que fue escrito el mítico Woodstock. En medio del campo, en una casa rural, rodeado de lo más granado de la música folk americana, compuso las canciones del disco.
Biolay, que ha compuesto para cantantes como Keren Ann, Françoise Hardy, Elodie Frege o su hermana Coralie Clement, siempre ha renegado del marchamo que le une a la nueva canción francesa. Él reconoce que no escucha música de su país -sólo hip-hop-. Sus referencias son norteamericanas y su mundo lírico poco tiene que ver con el de los austeros nombres de la nouvelle chanson. Biolay no es Dominique A, ni ganas que tiene, él preferiría ser Neil Young.