miércoles, 13 de febrero de 2008

Bajo el puente

En el mundo de la música siempre corren leyendas en torno al último disco grabado por un grupo antes de separarse. Se habla de las tensiones, de las disputas e, incluso, de grabaciones en las que los miembros de un grupo ni siquiera se hablaban. Bridge over troubled water, fue el último disco de Simon & Garfunkel y, se cuenta, que aquellos dos tipo de pinta afable tuvieron sus más y sus menos. En definitiva, que su amistad fluyó por aguas turbulentas.

La canción que dio título al disco se convirtió en un éxito y se mantuvo durante seis semanas en el primer puesto del
Billboard. Tuvieron que llegar los Beatles con su Let it be para apartarlos de ese lugar. Una curiosidad: aquel también fue el último disco del cuatro fantásticos y, según los rumores, también tuvieron su disputas, bajo la atenta mirada de la mala malísima del pop: Yoko Ono -no pronuncie su nombre tres veces seguidas-.

Paul Simon compuso la canción para que la cantase Art Garfunkel, que era el rubio de irritante voz. Pero, parece ser que no le apetecía que la cantase el solo, prefería compartir la canción. Guerra de egos y disputa al canto.

La canción fue un éxito, y otros artistas quisieron hacer la propia. El listado de versiones de
Bridge over troubled water es kilométrico: Jackson 5, Roy Orbison, Roberta Flack, Willie Nelson, Jonnhy Cash e, incluso, el ínclito Camilo Sexto, traducida para tan magna ocasión.

Entre tantos nombres destacan: Elvis, Aretha Franklin y Jonnhy Cash. Cuando Simon escuchó la versión del rey del rock, aseguró que aquel tema ya no podría ser suyo nunca más. A partir de aquel momento se había convertido en una canción del rey.

Y del rey a la reina, aunque en este caso del soul. Aretha Franklin, un año después de que se publicase la canción, se sentó al órgano para desmontar la melodía de Simon & Garfunkel. La musa convirtió la composición en un himno
R & B al que dotó de la viveza y el brío de una de las voces más personales y con carácter de la historia de la música. Tanto fue así, que en 1971 logró meterla en el top de las canciones más escuchadas del año -además de superar la versión original-.

En American IV: The man comes around, la última grabación publicada en vida por el inigualable Jonnhy Cash, se recogía la lectura del músico de Arkansas. En sus postreros discos -publicados con American Recordings- Cash dio salida a sus gustos musicales con un buen puñado de versiones, la mayoría mejores que las originales e, incluso, insuperables. Verbigracia: My personal Jesus. A pesar del talento de Depeche Mode, la versión del viejo Cash es un hito.

En cuanto a Camilo Sesto, qué decir. Pues eso, Camilo, qué tipo.









Aretha Franklin



Camilo Sesto

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y en la inevitable guerra entre Elvis y -hello, I'm- Johnny Cash... me hicieron llorar los dos.

Cuando las versiones aumentan la gloria de los originales, o la noche en que me volví aún más blando.

Sincopado dijo...

En este caso fue la noche en la que las versiones triunfaron sobre la original. Mi favorita es la de Aretha, creo que tiene una fuerza arrolladora.

Abrazo