Summer dress es el salmo más perfecto del estadounidense. Su versión en directo, desde la sala l'Heliogàbal de Barcelona, es maná. Una confesión de amor en el tono más triste del Medio Oeste. Kozelek no necesita una banda, orquestaciones, vídeos y fuegos artificiales para aplacar la ira de sus fieles, sólo su guitarra, su voz y un chelo.
Recto es su juicio, luz en el sendero. Aléjate de mí U2.
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