jueves, 7 de mayo de 2009

Peluda lisergia

Irreverencia. 16 años de experimentación. 16 años de pop, power pop, electro pop, rock progresivo, electrónica y demás creaciones de laboratorio. 16 años con el nombre más tierno de la escena independiente británica: Super Furry Animals (SFA). Los animales súper peludos (o peludísimos). Apelativo tan estrambótico como las horrorosas portadas de sus discos. Los galeses han engendrado en este tiempo algunas de las mejores melodías de la última década. Beach Boys de los buenos, aunque no en la California iridiscente de los Wilson. Las han agitado y golpeado con todo aquello que han descubierto en el camino. Peludos y excéntricos. Syd Barret se enorgullecería de ellos.

La primera referencia discográfica de este cuarteto data de 1994, Dim Brys: Din Chwys. Desde entonces han grabado nueve discos, el primero Fuzzy Logic, el último Dark Days/Light Years. Una curiosidad, tienen a gala contar con uno de los títulos más largos de la historia de la música: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch (In Space), un EP cantado en gaélico que homenajeaba al pueblo galés de impronunciable e infinito nombre. Entró en el Guiness.

Otras ligas
En sus comienzos se les emparentó con toda la plebe del Brit-pop. Esa no era su liga. Ellos jugaban a otra cosa. Sí, sus armonías vocales podían hermanarse con Teenage Fanclub, hubo quien, incluso, encontró cierto olor a Oasis. Pero aquello no era para SFA. Tampoco se podían comparar a sus coetáneos galeses Gorky's Zygotic Mynci o Catatonia. En el mundo de los SFA reina (pero no gobierna) la lisergia, como ocurría con los brillantes Beta Band.

El quinto galés ha logrado delimitar sus propias reglas dentro de cada álbum. Podrían plantarse junto al reprodutor de música y aclarar antes de empezar a escuchar el disco: "Hola, somos los SFA y nosotros marcamos el terreno. Si quieres venir a jugar, acepta que lo que haya al otro lado ya no importa. Estás en nuestra cancha. Nosotros sacamos y elegimos campo. Tú, juegas con uno menos". Pero esta desventaja es aparente. Sus canciones rebosan tradición, que engarzan con fragmentos que alteran la estructura tradicional del pop-rock. La escucha se altera, pero no resulta amenzante. Nadie podría tener miedo de un tierno animal peludo.

[Todo esto debería haber comenzado con una disculpa. Sirvan estas canciones como pago por la ausencia. Dejemos los reproches a un lado y volvamos al punto de partida. Hablemos de música]



4 comentarios:

Anónimo dijo...

He de reconocer que siempre me parecieron unos Blur sin un nueve goleador. Pero estoy en la etapa de empezar a pensar que quizá el juicio fue medio apresurado.

Nahum dijo...

Este post, ¿significa que por fin vuelve este magnífico blog que tan olvidado tenías?

(Di que sí, please).

desaparecido dijo...

Nahum,
consideremos el regreso como algo positivo. Pero exigiremos más y más.

Sincopado dijo...

Trolo, tu opinión cada vez tiene menos fuste, ¿lo sabes, no? Creo que son esas jornadas maratonianas en el VR.

Albert, sentía una obligación moral con el blog. Me quiero obligar a actualizarlo una vez por semana. A ser posible, los viernes. Segundas partes nunca fueron buenas, pero allá vamos. Por cierto, como me gusta tu blog.

Desaparecido, siempre has sido un juez duro. Espero estar a la altura de las circunstancias. Espero no defraudarte.

Abrazo a los tres.