Telekinesis es (y si no lo es, debería serlo) uno de los grupos revelación de este año, al que aún le restan meses. Su álbum de debut, Telekinesis!, forma parte del catálogo del sello Merge, lo que equivale a 20 años de calidad. La discográfica del líder de los carismáticos Superchunk, Mac McCoughan, ha fichado a este grupo, asentado en Seattle -tras el que se esconde el compositor y multiinstrumentista, batería y cantante en directo, Michael Benjamin Lerner-, para ofrecer un disco acertado, directo, vibrante y brillante. Pop-rock con aroma a indie americano de los 90 y a The Shins y Death Cab for Cutie -Chris Walla lo produjo y se nota-.
Entre los once temas de guitarra -vieja escuela- se esconden varios éxitos 'a la primera' (Coast of Carolina y Great Lakes). En posteriores escuchas, además, se descubren pequeños joyas sin alharacas. Ningún tema alcanza los cuatro minutos, no hay transgresión ni extrañas estructuras. Como el sujeto verbo y predicado, repiten el verso estribillo verso estribillo. En este negocio no hace falta más.
La gran canción de Telekinesis es Tokio, un tema pegajoso que engancha a la primera y obliga escucharlo hasta la extenuanción. Puro disfrute guitarrero que sirve de cebo para adentrarse, sin darse cuenta, en está exaltación del sota, caballo y rey.
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2 comentarios:
De esas canciones que alegra, eh.
Querido Nahum, no sólo de lánguidos vive el hombre.
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