lunes, 18 de junio de 2007

Saltar con los ojos cerrados

No siempre es fácil creer en aquello que no se ve. Requiere un esfuerzo y cierta confianza en ocasiones a prueba de bombas. Otras veces sólo exige un segundo de reflexión. Es casi imposible creer que la música pueda cambiar nada en un mundo que gira a ritmo de 75 r.p.m., aunque hay grupos que se aferran a esta idea como el verano al otoño. Thee Silver mt Zion creen en ello, creen que es posible y su vida gira en torno a esta idea.

En realidad, la música siempre ha sido generadora de movimientos, en su mayoría juveniles, dispuestos a revolucionar el tiempo que les ha tocado vivir. La diferencia entre este colectivo canadiense y sus antecesores es que sus protestas son silecionsas. Sus ideas comparten los principios de punk: anarquista, anticapitalista y antiglobalización -defiende la distribución a través de pequeñas redes locales y huyen de la publicidad-. Pero no comparten la estética, ni el carácter autodestructivo, tampoco el exhibicionismo, ni la provocación gratuita.

Thee Silver mt Zion son contenidos en sus formas, tanto estéticas como musicales. Son sobrios, aunque se permiten ciertas descargas de ruidismo en sus canciones y sus directos son conocidos por su intensidad y emoción. Tirando de etiquetas, lo sencillo es clasificarlos como post-rock, cajón de sastre favorito de los críticos, pero podría hablarse rock de cámara o, simplemente, rock de vanguardia o experimental, ¿cómo Pink Floyd? Tampoco es eso.

Uraños y esquivos
La formación es variable. Los músicos son compañeros de otras bandas que graban sus obras con el peculiar sello de Montreal Constellation records.. Las guitarras comparten espacio con los instrumentos de cuerda, que tienen crucial importancia para estos antisistema uraños y esquivos con las entrevistas y medios de comunicación, a los que acusan de haber ayudado a la putrefacción de la industria musical.

El sonido de estos extraños amigos de los mensajes apocalípticos procede de grupos como June of 44, Slint, Savage Republic, el jazz, la música clásica y la música tradicional judía. De hecho su líder, Efrim, capitanea el grupo de música klezmer: Black ox orkestar.

Thee Silver mt Zion creen en el famoso otro mundo es posible, quizás su música también sea de ese otro mundo. Un paseo por oníricos lugares, casi de pesadilla, en el que los intrumentos se suman, uno a uno, para formar un manto en el que se podría pasar toda la noche, contando con los dedos los minutos que quedan para un nuevo día. Un manto en el que confiar, sobre el que saltar con los ojos cerrados.

Para escuchar:

Stumble then rise on some awkward morning


Broken chord can sing a little


1 comentario:

Nahum dijo...

Cómo hacía tiempo que no te dejaba mensajes (líos de la vida, ya sabes), he de decirte que te noto musicalmente más oscuro que nunca. Deberías incluir una nueva etiqueta del tipo: músicas para el apocalipsis. O algo así.

Grandes, también.