martes, 22 de enero de 2008

La vida según Vinicius

Un 19 de octubre de 1913, en medio de un fuerte temporal, nació Vinicius de Moraes. Su vida no fue tormentosa, pero sí un remolino creativo y vital. El brasileño fue un artista total que vivió de manera desaforada, dedicándose a la música, a la literatura, al periodismo e, incluso, a la diplomacia. Un vividor y aristócrata capaz de convertir la música popular brasileña en un referente mundial. Este mujeriego empedernido, se caso nueve veces, pasará a la historia de la música como el creador de la Bossa nova.

En 1929 comenzó a estudiar Derecho en Río de Janeiro. Durante los años universitarios escribió las letras de diez canciones que interpretaron los hermanos Tapajós. En 1933, al finalizar sus estudios, publicó su primer libro: Caminho para a distancia. Después llegaron Forma e exegese y Ariana, a mulher. Mientras, durante esos años, trabajaba como censor cinematográfico.

En 1938 consigue una beca para estudiar en Oxford, tiempo que comparte con la publicación de nuevos poemarios. Años después accederá al cuerpo diplomático y se marcha a Los Ángeles como vicecónsul. Es su primer destino. Le seguirían Francia y Uruguay. Después, llegaría la expulsión del cuerpo diplomático brasileño.

En ese momento comienza a dedicar su vida de manera exclusiva a la música y la literatura. Una curiosidad, a pesar de comenzar a componer con apenas 18 años, en realidad abandona la música hasta el año 1953, cuando escribe su primera samba.

En 1956 conoce a Antonio Carlos Jobim, otro genio de la música contemporánea con el que forma el movimiento conocido como Bossa nova, que significa nueva voz. Este movimiento supuso la unión de la música tradicional brasileña, la samba, con el jazz.

Este dúo compuso el gran himno de la bossa. Inconfundible, la Garota de Ipanema se ha convertido en una de las canciones más versionadas de la historia melódica. El mismísimo Sinatra -el crooner por excelencia- se atrevió a enfrentarse a esta composición de apenas dos minutos. Breve como las buenas canciones de punk. El resultado, comparado con el original no le llega a la suela de los zapatos. Que Frank me perdone.

El concierto en La Fusa

A pesar de que De Moraes se incorporó tarde al mundo de la música, grabó un buen número de discos. Quizás los más destacados sean Afro-samba, que compuso y grabó con el virtuoso guitarrista Baden Powell -no el fundador de los Scouts-, y el falso directo en el bar La Fusa, en Mar de Plata, Argentina.

El brasileño, que saltó a los escenarios pasados los cincuenta años, quedó encantado de su actuación ante el público argentino. Tal fue su fascinación que se le ocurrió grabar un disco de estudio e incluir el sonido de los asistentes a uno de sus conciertos en La Fusa. Chascarrillos, risas e interpretaciones que en realidad es ante un reducido auditorio de 25 personas que acudieron al local de grabación. El resto, el murmullo, el ambiente del lugar, se ‘incrustó’ después.

En este ‘no directo’ la compañía no podía ser más selecta: Toquinho, guitarra y voz. María Creuza, voz. Mario ‘Mojarra’ Fernández, contrabajo; y Enrique ‘Zurdo’ Roizner, batería. El éxito de este disco fue tal que Vinicius entró de nuevo en el estudio. Un año después, en 1971, graba una segunda parte, en la que incluyó a otra María, en este caso Betanhia. El disco se materializó en un par de días y, de nuevo, fue un éxito, aunque quizás carece de la alegría y espontaneidad del primero.

Vinicius recordaba que el disco, uno de los más vendido de la historia de la música brasileña, contó con todos los elementos que él consideraba esenciales para hacer un buen trabajo: whisky y mujeres bonitas. Así lo dejó escrito en la portada.







3 comentarios:

Menudina dijo...

Me encanta la primera! Una pena habernos perdido a Toquinho en el Jovellanos :-(

Anónimo dijo...

Por alguna otra entrada sincopada conocí la última que nos recomiendas. Las otras dos no las conocía y aunque no es la música que elegiría para escuchar no me importaría liarme a copazos rodeado de Bossa Nova.

siempre da gusto estrar en sincopado. Espero verte pronto!

Sincopado dijo...

La verdad es que sí, Menudina, siempre vamos a Gijón cuando no hay nada... Todo ocurre a nuestras espaldas ;)

Wolframio, quizás este fin de semana sea un buen momento para compartir música camino del norte. Pero prepárate, porque va a hacer frío.

Abrazos